La microbiota, única para cada individuo, no se extiende de manera homogénea por el ecosistema intestinal. Su densidad es mínima en el estómago y máxima en el colon.
La microbiota intestinal es un órgano estable: una vez en la edad adulta, su composición evoluciona poco2. Al nacer y después a partir de los 65-70 años, es cuando la diversidad de especies que alberga varía más3.
Las especificidades de la microbiota intestinal en las diferentes edades de la vida
Del estadio prenatal al envejecimiento, la microbiota intestinal desempeña un papel esencial a lo largo de toda la vida y garantiza un intestino sano, una buena inmunidad, el buen funcionamiento del sistema nervioso central y también el equilibrio genitourinario.
¿Cómo se desarrolla la microbiota?
Desde el embarazo hasta el nacimiento y hasta los 2 años del bebé, el desarrollo de la microbiota intestinal del niño se ve influenciado por numerosos factores: el entorno familiar, el medio intrauterino, la forma del parto por vía vaginal o por cesárea, la toma de medicamentos o antibióticos y la alimentación. En efecto, la lactancia materna modula la composición de la microbiota intestinal y aumenta la presencia de bifidobacterias y lactobacilos en el niño pequeño.
Todos estos elementos son importantes para el buen establecimiento de la microbiota y su impacto positivo sobre la futura salud del niño, sobre todo en la prevención de las enfermedades crónicas o las afecciones de las vías respiratorias.
La microbiota en la edad adulta
En la edad adulta, la microbiota intestinal es relativamente estable. Se compone de más de 10 billones de bacterias, levaduras, hongos y virus. Cada persona posee una identidad propia respecto a la microbiota. Un tercio de las bacterias es común entre los individuos.
Algunos factores pueden modular de manera negativa la microbiota: una alimentación inadecuada, el estrés, la toma de medicamentos o las infecciones. Se habla entonces de disbiosis, que puede provocar trastornos digestivos, infecciones de repetición, alergias, etc.
La microbiota de las personas de edad avanzada
Al envejecer, la microbiota intestinal pierde su diversidad. En efecto, a partir de los 65-70 años, la microbiota inicia un nuevo ciclo de maduración. Con el envejecimiento, la microbiota pierde estabilidad. El número de algunas especies disminuye, sobre todo las bifidobacterias, y otras aumentan. Las poblaciones de enterococos, estreptococos y, sobre todo, de enterobacterias se intensifican. Además, un estudio reciente ha descrito un aumento significativo de la cantidad relativa de Proteobacteria con la edad.
La modificación del modo de vida y de los comportamientos nutricionales son en gran medida responsables de su evolución.
La microbiota intestinal en cifras
¿Por qué modular la microbiota?
Numerosos factores influyen en la evolución y el equilibrio de la microbiota, como la disminución de la actividad física, el aumento del consumo de medicamentos o también la debilitación del sistema inmunitario.
La evolución de la microbiota asociada al mantenimiento de unos buenos hábitos de vida son determinantes para una buena diversidad de las especies bacterianas a una edad más avanzada.
Es interesante evaluar el estado de la microbiota intestinal a todas las edades de la vida.
En caso de desequilibrio, es posible modularla mediante la alimentación, un estilo de vida saludable y el aporte de prebióticos, probióticos o posbióticos.
¿Cómo equilibrar la microbiota intestinal?
Una alimentación sana para una microbiota sana
Las bacterias que componen la microbiota intestinal se nutren de los alimentos ingeridos. Por eso, para tener una microbiota bien equilibrada con una riqueza y una diversidad de bacterias, deben privilegiarse algunos alimentos día a día.
Se trata principalmente de los prebióticos, que son sustancias presentes en la alimentación, principalmente en los alimentos ricos en fibras, que sirven de alimento a las bacterias.
Por ejemplo, los prebióticos están presentes en los puerros, los cereales integrales, las alcachofas, las oleaginosas o también en los alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, como los aceites vegetales de colza, nuez o el pescado graso.
El aporte de probióticos
Los probióticos son «microorganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidad suficiente, ejercen efectos positivos para la salud, más allá de los efectos nutricionales tradicionales».
Existen una multitud de probióticos, clasificados en 4 géneros, lactobacilos, bifidobacterias, estreptococos y lactococos, divididos en especies y, finalmente, en cepas. Algunas de ellas se utilizan por sus especificidades propias en la elaboración de complementos alimenticios. Ocurre, sobre todo, con los lactobacilos. Entre los más conocidos, se encuentran, por ejemplo, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus casei/paracasei, Lactobacillus salivarius, Lactobacillus helveticus, Lactobacillus acidophilus y Lactobacillus fermentum.
Además de una alimentación variada y equilibrada, un estilo de vida saludable contribuye favorablemente a mantener sano el organismo. Por ejmeplo: respetar los ciclos del sueño, practicar una actividad física regular, así como evaluar y gestionar las situaciones de estrés que puedan existir.